El colangiocarcinoma es un tipo de cáncer poco frecuente del tracto biliar que evoluciona de manera silenciosa y es altamente resistente a los tratamientos existentes, por lo que se asocia con mal pronóstico. Comprender los entresijos moleculares implicados en su desarrollo es fundamental para desarrollar terapias efectivas para estos pacientes.
Científicos del Cima Universidad de Navarra -en colaboración con el CIBERONC y el CIBEREHD- han coordinado un estudio internacional que confirma el papel crucial del gen FOSL1 en la aparición y progresión del colangiocarcinoma. Los resultados del trabajo, en el que participan investigadores de grupos nacionales (Navarrabiomed y Biodonostia) e internacionales (Universidad de Regensburg, en Alemania, y Universidad de Rochester, en Estados Unidos) se publican hoy en la revista científica Journal of Hepatology.
“Un trabajo anterior realizado en nuestro laboratorio había demostrado que FOSL1 está implicado en el desarrollo de cáncer de pulmón y de páncreas. Además, observamos que estos tumores compartían características moleculares similares con el colangiocarcinoma. Con esta premisa, estudiamos el papel de FOSL1 en este tumor biliar y vimos que la expresión de este gen en muestras de pacientes de colangiocarcinoma estaba elevada con respecto al tejido normal. Además, su presencia se asociaba con un peor pronóstico”, explica Silve Vicent, investigador del Programa de Tumores Sólidos del Cima, miembro de IdISNA, CIBERONC y ASEICA, y coordinador del trabajo.
Nuevas oportunidades de tratamiento
A través de diversos análisis para estudiar la función de FOSL1, los científicos demostraron que este gen participa en la proliferación celular y el crecimiento tumoral. Además, el uso de técnicas de alto rendimiento permitió identificar genes, como son HMGCS1 y AURKA, cuya expresión está regulada por FOSL1. Asimismo, se demostró su papel en el desarrollo de este tipo de tumor. ‘Hay que destacar que para ambos genes existen inhibidores farmacológicos, ya disponibles en ensayos clínicos, y hemos podido confirmar que tienen un efecto antitumoral en modelos experimentales celulares y de ratón de colangiocarcinoma. Por lo tanto, este abordaje abre nuevas oportunidades de tratamiento a los pacientes con colangiocarcinoma”, apunta el Dr. Vicent.
El trabajo ha contado con la participación de científicos del Instituto de Investigación Sanitaria de Navarra (IdISNA), del CIBER de Cáncer (CIBERONC), del CIBER de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBEREHD) -a través de Matías Ávila y Maite García, del grupo coordinado por Bruno Sangro-, de la Red Española de Proteómica (PROTEORED) y de la Red Europea para el Estudio del Colangiocarcinoma (ENS-CCA). En su financiación han participado instituciones públicas y privadas, como el Gobierno de Navarra, el Ministerio de Economía y Competitividad (FEDER-MINECO), el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y la familia de María Eugenia Burgos de la Iglesia.
Referencia bibliográfica
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