Esta semana se ha celebrado en la Universidad de La Laguna (ULL) el Taller en Vigilancia y Control de Vectores Invasores organizado desde el Instituto de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias y el grupo CIBERINFEC que lidera Jacob Lorenzo. Duranta las jornadas, la investigadora María José Sierra Moro, del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad y el CIBERINFEC señaló que las arbovirosis, es decir, los virus transmitidos por insectos, son un problema de salud pública creciente no solo en España, sino en todo el mundo, por lo que es necesario afrontarlo de una manera global. Es decir, coordinando a los especialistas en salud humana, salud animal y medio ambiente bajo el paradigma de “Una Salud” (One Health) a escala tanto estatal como regional y local.
Esta especialista en epidemiología y salud pública fue la encargada de abrir el Taller en Vigilancia y Control de Vectores Invasores, un foro que ha reunido a los mejores especialistas nacionales en insectos transmisores de virus (vectores). La decana de la Facultad de Farmacia de la ULL, Susana Abdalá, resaltó que el control de los vectores es el principal instrumento para combatir muchas afecciones que se encuentran en las regiones más pobres de las regiones tropicales, provocando un número de muertes “inadmisible” y retrasando su desarrollo socioeconómico. Enfermedades que también se introducen en otros países a través de diversos medios, de ahí la necesidad de realizar un control de la entrada de los organismos que las provocan. Destacó la pertinencia de celebrar el taller en Canarias, archipiélago que por geografía, climatología y cercanía a áreas con especies endémicas, es especialmente sensible a esta problemática.
El investigador del CIBER Jacob Lorenzo Morales, director del Instituto de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias, resaltó que este es el primer taller que se organiza desde la sección de enfermedades infecciosas del CIBER lo cual supone un gran honor, pero también una gran responsabilidad dadas las expectativas creadas. Explicó que además de para especialistas, la parte teórica se ha abierto para estudiantes de grado como curso de extensión, a quienes invitó a preguntar todas sus dudas al selecto grupo de ponentes invitados.
María José Sierra centró su intervención en explicar las principales características del Plan Nacional de Prevención y Control de las Enfermedades Transmitidas por Vectores, aprobado en abril de este mismo año y que se divide en cuatro partes: enfermedades transmitidas por Aedes (dengue, chikungunya, zika y fiebre amarilla; enfermedades transmitidas por Culex (fiebre del Nilo Occidental, Usutu y actuaciones ante la introducción de fiebre del Valle del Rift); gestión integrada del vector; y guías de manejo clínico. A lo largo de su intervención anunció que ya se está trabajando para añadir próximamente al plan las enfermedades relacionadas con las garrapatas.
Para la especialista, es evidente que “algo se está moviendo en el mundo de los vectores” simplemente mirando las noticias sobre casos recientes de dengue en Cataluña, virus del Nilo en Valencia y la llegada de ejemplares de mosquito aedes aegyptus a Tenerife. “Nada de eso era esperado y son riesgos importantes, hay una necesidad de hacer algo”. En países como Italia y Francia también se han dado alarmas similares, que han obligado a la actuación de sus respectivas autoridades sanitarias nacionales.
Señaló como especialmente preocupante la difusión del virus del Nilo, del cual hubo un brote en Andalucía que afectó a 80 personas, si bien no tuvo mucha repercusión mediática porque en aquellos momentos se estaba en plena crisis de la Covid-19. Pero precisó que ya son cuatro años consecutivos con brotes de esta patología en Barcelona, Toledo, Huelva y Cáceres, además de Andalucía. “Tenemos 20 casos este año y 5 son de donantes de sangre. La sensación es que algo se está moviendo”.
Existen múltiples factores medioambientales, económicos, ecológicos y de otras clases que afectan a los vectores y propicien que estén en continuo movimiento. Hacerles frente no es fácil y, por ello, la especialista aboga por trabajar bajo el paradigma “One Health”, que concibe la gestión sanitaria de forma horizontal y unificando los esfuerzo de todos los y las especialistas de salud tanto humana como animal a la vez. “Esto es un puzle, las enfermedades vectoriales se combaten contando con todas las piezas. Si no, no se ve la imagen completa”.
El nuevo Plan nació justamente con esa filosofía. Es cierto que los trabajos para su formulación comenzaron en 2019 pero, nuevamente, la crisis de la Covid-19 lo paralizó hasta que fue retomando en 2022 y aprobado un años más tarde. Su objetivo es reducir la carga de la enfermedad, mejorar la comunicación y reforzar la vigilancia y, para ello, cuenta con cinco grupos de trabajo en los que se ha tratado de contar con todos los agentes relevantes: sobre salud humana, salud animal, gestión integrada del vector, guías de manejo clínico y comunicación. Además, cuenta con dos comités: el estatal de coordinación y seguimiento del plan, y el de coordinación de la respuesta, que se activa es si hay una situación de enfermedad que se considere de importancia nacional.
Para Sierra, son muchos los retos que se deben afrontar en cuanto a enfermedades transmitidas por vectores. Para empezar, lograr la implicación de todos los actores relacionados: los viajeros y pacientes, que acudan al sistema de salud si tienen síntomas; los profesionales sanitarios, para procurar diagnósticos precoces y notificaciones; la comunidad, para que participe en la detección y vigilancia de los vectores cuando aparezcan; y la entomología, para tener un mayor control sobre estos animales y tener una mejor formación para el personal sanitario. También es necesario que las instituciones asuman su responsabilidad, lo cual se traduce en aportar los recursos que sean necesarios.