La neutropenia febril es una complicación que se produce a menudo en pacientes con enfermedades oncohematológicas que reciben con quimioterapia o trasplante de células hematopoyéticas. Se trata de un síndrome complejo en el que sólo un 20-30% de los pacientes presentan alguna documentación clínica o microbiológica de infección, y aproximadamente el 20% tienen bacteriemia. Además, en los últimos años, se ha observado en este grupo de pacientes vulnerables un aumento de las infecciones causadas por bacterias gramnegativas, así como la aparición de resistencia a los antibióticos.
El tratamiento empírico de la neutropenia febril se basa principalmente en el uso de antibióticos betalactámicos con actividad anti-pseudomónica. La optimización de la administración de los beta-lactámicos mediante perfusiones prolongadas ha demostrado mejores resultados que las infusiones intermitentes en los pacientes críticos de las unidades de cuidados intensivos. Esto se debe a que con las perfusiones prolongadas se incrementa el tiempo del antibiótico por encima de la CMI de los microorganismos causantes de la infección, parámetro que se corresponde con la eficacia de los betalactámicos. Los pacientes críticos presentan una farmacocinética alterada debido al aumento en el volumen de distribución y depuración renal, y, por tanto, las infusiones prolongadas son más eficaces en estos pacientes. Los pacientes con neutropenia febril comparten estos cambios farmacocinéticos con los pacientes críticos, pero, sin embargo, existe cierta controversia sobre el potencial beneficio de las infusiones prolongadas en esta población. Ahora, un metaanálisis publicado en la revista Journal of Infection por un equipo del CIBERINFEC del IDIBELL y Hospital Universitario de Bellvitge ha proporcionado datos importantes al respecto. Se han revisado los resultados de cinco estudios, dos de ellos ensayos clínicos aleatorizados, con un total de 691 episodios de neutropenia febril. Se han comparado los efectos del uso de antibióticos betalactámicos en infusiones intermitentes con infusiones prolongadas. La conclusión del análisis ha sido que no se puede demostrar que las infusiones prolongadas consigan reducir la mortalidad ni otros aspectos relevantes como la defervescencia, el uso de medicamentos vasoactivos, la duración de la hospitalización o los efectos adversos.
Por este motivo, de momento, no se puede recomendar el uso generalizado de la perfusión extendida de los betalactámicos como tratamiento empírico de la neutropenia febril, siendo necesarios más ensayos clínicos para determinar si existen subgrupos de pacientes con esta enfermedad que pueden beneficiarse de una infusión prolongada de estos antibióticos.
El estudio ha sido liderado por la Dra. Carlota Gudiol, jefa del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario de Bellvitge, y ha contado con la colaboración del Dr. Jordi Carratalà, responsable del grupo de investigación en Infecciones Respiratorias y en el Huésped Inmunocomprometido del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), ambos investigadores del CIBERINFEC.
Artículo de referencia:
Prolonged vs short-term infusion of β-lactam antibiotics for the treatment of febrile neutropenia: A systematic review and meta-analysis. Laporte-Amargos J, Ulldemolins M, Puig-Asensio M, Tebé C, Castro S, Carratalà J, Gudiol C. J Infect. 2023 Jul 7:S0163-4453(23)00368-7. doi: 10.1016/j.jinf.2023.06.023.